Más de ocho millones de españoles padecen acné, un problema de la piel que representa el 25% por ciento de las consultas dermatológicas, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Todos sabemos lo que es al acné, pero ¿cómo se forma? El acné aparece debido a un aumento de la secreción de grasa y un engrosamiento de las células epidérmicas de los conductos excretores de las glándulas sebáceas. Seguidamente los conductos se taponan, las glándulas se dilatan y producen los comedones o puntos negros. Como resultado de este proceso se produce la acumulación de restos de queratina y grasa en los conductos excretores de las glándulas, produciéndose posteriormente una sobreinfección por una bacteria: el propionibacterium acnés, actualmente denominado Cutibacterium acnés y resultando finalmente el más conocido como grano de acné.
Padecer acné suele ser molesto, pero aún lo es más mantener las antiestéticas cicatrices por un acné que no ha sido tratado o que ha sufrido por una excesiva manipulación, Si uno se toca o manipula demasiado las lesiones existentes termina provocando una sobreinfección de las mismas y aumento de la inflamación. En otros casos de acnés graves muy inflamatorios, incluso sin haberse tocado los granos, esta gran inflamación al resolverse va a resultar en la formación de tractos fibrosos que anclan la cicatriz en profundidad, tirando de la piel hacia abajo y creándose una depresión en la superficie de la piel.
Para combatir estas cicatrices, existe un tratamiento integral que combina diferentes técnicas: inyección de ácido hialurónico, peeling químico y terapia lumínica. Aunque la total eliminación de la cicatriz no es aún posible, porque no se puede regenerar la totalidad de la epidermis, el tratamiento logra una mejora considerable en el aspecto de la cicatriz con tan sólo tres o cuatro sesiones.
Ácido hialurónico para producir nuevo colágeno
La primera parte del tratamiento es la subcisión de la cicatriz. Ésta se realiza con una aguja para deshacer los tractos fibrosos que anclan la cicatriz. Así pues, se crea una pequeña herida que al sanar genera nuevo colágeno y eleva la cicatriz. Para realizar este proceso, se aplica una crema anestésica tópica para prevenir el dolor que puede causar la aguja.
Después se inyecta una pequeña cantidad de ácido hialurónico que estimule la generación de más colágeno nuevo.
La pequeña cantidad de ácido hialurónico que se aplica en el fondo de cada una de las cicatrices no actúa como relleno, sino que ocupa un espacio y, mediante la presión que ejerce sobre los fibroblastos colindantes estimula la formación de colágeno.
Renovación de la capa epidérmica a través del peeling químico
La segunda fase del tratamiento combinado utiliza el peeling químico como técnica para mejorar la superficie cutánea y estimular el colágeno dérmico. Para ello se utiliza el ácido salicílico al 30% ya que es el peeling más lipofílico, es decir, el que más penetra en las glándulas sebáceas y, por lo tanto, el más útil en las pieles acneicas.
En el caso de las cicatrices en pico o lineales utilizo el ácido tricloracético al 50 - 90%. Es importante aplicar el ácido tricloracético con palillo de madera de punta y presionar la punta en el fondo de la cicatriz, provocando una escarcha blanca que provoca una retracción de la cicatriz y favorece su cierre.
Para finalizar el peeling, se aplica una crema de retinol, en partículas nanosomadas que va a penetrar a dermis y estimulará la producción de colágeno a la vez que provocará una descamación controlada de las capas superficiales de la piel, mejorando la calidad de la piel.
La terapia lumínica como reguladora de la secreción de grasa
La última fase del tratamiento combinado usa la terapia lumínica para regular las funciones celulares así como la secreción de grasa por parte de las glándulas sebáceas. En este sentido, se utiliza la luz roja debido a su actividad antiinflamatoria y la luz azul, en caso de que aún existan lesiones activas de acné, por su acción bateriostática directa sobre la bacteria que interviene en el acné, por un efecto fotodinámico: Es una parte del tratamiento que tiene un efecto relajante y muchos pacientes incluso se quedan dormidos.
Finalmente, el tratamiento se acaba con la aplicación de una mascarilla de factores de crecimiento, ácido hialurónico y vitamina C.
Desde la primera sesión se nota la mejoría y con sólo 3 o 4 sesiones, separadas por 1 mes entre ellas, se consigue una mejora notable de la apariencia de las cicatrices, mucho menos apreciables. Es importante seguir una dieta equilibrada rica en antioxidantes y con suficiente aporte de amino ácidos para favorecer la regeneración cutánea. También deberá utilizarse una protección solar adecuada y utilizar en casa las cremas adecuadas prescritas en cada caso de forma individualizada.
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